09 noviembre 2016

Identificar al enemigo




Somos así, qué le vamos a hacer.
Ponemos nuestras vidas en manos de otras personas, para que tomen las decisiones adecuadas en todos los aspectos que nos conciernen... economía, educación, sanidad, derechos civiles...
Reconozco que me cuesta identificar a la juventud acomodada con el recuerdo de mi época universitaria, de reivindicación en la calle para conseguir logros sociales, para alcanzar cotas de libertad y derechos que hasta entonces no teníamos.
Vivir bajo una dictadura nos coloca en una posición como sociedad, muy diferente a la que adoptamos cuando nos dicen que vivimos en una democracia. Bajamos la guardia, confiamos en el sistema, nos acomodamos y abandonamos las calles.
El sistema educativo, en muchos casos, refuerza y construye una sociedad sumisa, encorsetada y atada a la pata de la mesa en el aula, llenándonos de datos e impidiendo nuestra sabiduría.
Y así llega el día en el que el miedo a perder la miseria, nos convierte en seres sin referencias que votan para mantener en el poder a quienes les han llevado al vacío.
Hoy es un día en el que esto ha vuelta a suceder. Ese Trump, misógino, racista, violento... será el próximo presidente de uno de los países más poderosos del planeta.
Pero no podemos olvidar que hace sólo unos días, este país ha elegido el Gobierno de un partido político sentado en los Tribunales por su gestión corrupta  y cuya política económica (que responde a los intereses del IBEX 35 y obedece órdenes de los mercados) ha llevado a miles y miles de ciudadanos a sufrir esta crisis que algunos muy bien llaman estafa.
Trump ha ganado (tristemente) en las urnas.
Rajoy es presidente (incomprensiblemente) gracias a la abstención del Partido Socialista Obrero español.
Identificar al enemigo no siempre es tan sencillo.