Hace tanto…
Hechos,
ideas… escalofríos que recorren la espalda haciéndonos sentir cada poro de la
piel herida.
Mimos,
suturas… ungüentos que salvan vidas como flotadores del alma.
Risas que se
vuelven llantos, abrazos desconocidos que presentan al Ser humano, mientras hoy
canto.
Sin
reproches, sin dudas… sin miedos al dolor que nos impide avanzar en el camino
de la vida.
Dándolo
todo, todo lo que uno puede en cada recodo. Ni más pero tampoco menos.
Cuidando cada palabra, cada silencio, cada gesto, cada elemento.
Cuidando cada palabra, cada silencio, cada gesto, cada elemento.
Respetando
cicatrices, abrazando esencia pura, permitiéndose la debilidad, el cuidado del
otro, el mimo, la sutura… el ungüento que calma por dentro.
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