Proverbio africano
Si
quieres llegar rápido, ve solo.
Si
quieres llegar lejos, ve acompañado.
Hoy he perdido a una
amiga. Se llamaba Nimi y vivía en un orfanato de Nepal con el que yo, y muchísimas
personas más, llevamos años trabajando. Tuvo una vida dura, terriblemente dura
diría yo, si tenemos en cuenta que nació con parálisis cerebral en un país en
donde ni los niños sin discapacidades lo tienen fácil.
Conocer hace siete años
esa realidad me permitió relativizar mi vida y mis problemas. Contactar con la
muerte (hace poco de un hermano y ahora de una amiga) me obliga a relativizar
los valores de la vida.
Y hay pocas cosas que
realmente sean importantes, son cada vez menos las que dan sentido a una existencia
plena, en la que acostarse cada noche con el alma en calma sea suficiente.
La justicia es una de
ellas, sin ninguna duda.
Por eso, conocer la realidad
de Nimi y sus hermanos de la mano de mis buenos amigos, me mostró que la
injusticia, cuando se normaliza, se convierte en un dolor apagado, ronco, casi
imperceptible al oído humano. También pude aprender que el empeño por conseguir
una meta digna y honorable es suficiente para articular un grupo humano que se
entregue a un fin que busca alcanzar la dignidad de aquellos a los que se la
han arrebatado cada día.
Pero no hace falta viajar
a Nepal para encontrar la injusticia, la tenemos demasiado cerca. El paro, los
desahucios, las preferentes, los recortes, la delincuencia desde los despachos
oficiales… demasiado cerca.
Y entonces me vuelve a la
memoria la frase que resume maravillosamente mi experiencia sobre el trabajo en
equipo, sobre la necesidad de sumar miradas diferentes para que la visión del
problema sea más completa, sobre la imprescindible humildad de cada elemento
del equipo para aceptar los valores de los otros sin sentirse menospreciado en
los propios… “Si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
Pasa en ocasiones que la
urgencia nos impide atender lo realmente importante. Disponer de una brújula
suele ser una buena forma de mantener el norte, la meta, el objetivo y así
impedir que nos desviemos del rumbo adecuado para conseguir transformar la
injusticia en equidad.
Nadie en sí mismo es tan
valioso como para estar por encima de un proyecto de interés general, nadie.
Y llegados a este punto,
sólo queda hacer un llamamiento a la responsabilidad.