A fuego lento
Poco a poco, desperezándose después del largo sueño.
Sintiendo cada paso como si la tierra fuera descubierta por
la planta de los pies
y su información pasara lentamente de célula en célula,
ascendiendo a los cielos.
Respirando cada molécula de aire que nutre el ser, el
invisible, lo intangible y lo eterno.
Viviendo antes de morir, sintiendo antes de desaparecer,
llorando en silencio, por dentro, a solas, sin que la piel sepa lo que el
corazón esconde... sin ocultar. Guardado con mimo, con delicadeza, en la más
preciosa intimidad en la que nada ni nadie tiene sentido.
A fuego lento siento el cansancio, respiro y me duermo.
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