Las
palabras que utilizamos construyen nuestro mundo. Las palabras que escuchamos
también.
Frases
que pasan a formar parte de nuestra realidad, de nuestro modo de estar
plantados en la tierra y en la vida. Creencias que nos ofrecen una visión de lo
que somos por cómo actuamos, por cómo nos relacionamos y por cómo nos ve el
mundo externo, conquistando éste toda la importancia de la percepción de
nosotros mismos, entregándonos a lo ajeno sin cuidar lo íntimo.
(Notas...
nos evalúan, nos colocan en un lugar y no en otro de la lista, y notas que te
sientes tonta)
Algunas
palabras resonaron en nuestros corazones hace tanto tiempo y con tanto dolor,
que las guardamos (no nos quedó otro remedio) en un lugar sin eco, donde el
silencio absoluto reinase para siempre.
Y un
día, cuando las personas, los contextos y las emociones se unen formando una
nueva caja de resonancia, aquellas palabras recuperan su lugar y vuelven a
sonar en nuestro mundo.
Y como
si de un circuito averiado se tratara, las conexiones vuelven a funcionar y al
final del cable se enciende la bombilla, iluminando las zonas oscuras que no
pudimos entender porque no fuimos capaces de verlas, ocultas en las tinieblas.
Y las
lágrimas brotan limpiando el rastro de aquello que nos hicieron creer como
verdadero y que ensució el camino que lleva al consciente.
Desde
la comprensión y el respeto a los que lo hicieron lo mejor que supieron, nos
encontramos listos para querernos un
poco más cada día, eligiendo conscientemente las palabras con las que construir
nuestro mundo y reconquistando la voz de nuestro interior.
Me encanta Blanca. Tienes un OLE....
ResponderEliminarNuria.